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Fuente: DIARIO VETERINARIO

www.diarioveterinario.com

Fecha: 14 de Septiembre de 2023

La resistencia a los antibióticos constituye una de las principales amenazas globales para la salud pública identificadas por la OMS. La transmisión de bacterias resistentes a los antibióticos de los animales a los humanos es una de las fuentes que pueden conducir a callejones sin salida terapéuticos en el tratamiento de determinadas enfermedades.

Por ello, las autoridades de Francia han elaborado una lista de 11 pares de “bacteria/antibiótico” que deben ser monitoreados prioritariamente en animales debido a los grandes desafíos que enfrenta la salud humana.

CONTINUAR REDUCIENDO EL USO DE ANTIBIÓTICOS VETERINARIOS

Entre 2011 y 2021, la exposición general de los animales a los antibióticos disminuyó un 47 %. Esta tendencia, explican, refleja los esfuerzos por reducir el uso de antibióticos por parte de los criadores y de la profesión veterinaria.

En medicina humana, desde hace varios años, Francia ocupa el cuarto lugar entre los países europeos con mayor consumo de antibióticos, el 90 % de los cuales se prescriben y administran en el sector médico urbano. Como tal, seguir reduciendo el uso de antibióticos, tanto en la salud humana como animal, “debe seguir siendo una prioridad en la estrategia para prevenir la resistencia a los antibióticos y, por tanto, las infecciones”.

CINCO PARES DE BACTERIAS/ ANTIBIÓTICOS CLASIFICADOS COMO DE ALTA PRIORIDAD

El gobierno francés ha elaborado la primera lista a nivel nacional de parejas de familias de bacterias y antibióticos cuyo seguimiento debe ser prioritario en los animales debido a su gran interés para la salud humana. Esta lista se basa en tres criterios sanitarios: la transmisibilidad de la resistencia a los antibióticos, la posibilidad de utilizar antibióticos alternativos y el número de infecciones y muertes atribuibles a ellos.

Entre las once parejas de esta lista, cinco están clasificadas como de alta prioridad Enterobacterales/carbapenémicos; Enterobacterales/cefalosporinas de 3ª y 4ª generación; Staphylococcus aureus /meticilina; Enterobacterales/fluoroquinolonas y Enterobacterales/polimixinas.

Cuando se detecta una bacteria resistente a una familia de antibióticos perteneciente a esta lista de alta prioridad en un animal de producción o de mascota durante las actividades de cuidado, recomiendan secuenciar para conocer el genoma completo de la bacteria. El objetivo es evaluar y cuantificar la contribución del reservorio animal en la transmisión de este tipo de bacterias resistentes al ser humano.

CUIDADO CON LOS ALIMENTOS Y ANIMALES IMPORTADOS

En Europa la transmisión de la resistencia bacteriana entre animales y humanos se controla, en particular, mediante medidas de bioseguridad en las granjas, el cumplimiento de buenas prácticas de higiene en las clínicas veterinarias o la cocción de los alimentos.

Sin embargo, con el aumento del comercio mundial, los patógenos resistentes a los antibióticos pueden diseminarse muy rápidamente. Además, piden ampliar el seguimiento de las bacterias resistentes a los antibióticos en los alimentos, incluidos los productos de la acuicultura y los animales de producción vivos de países fuera de la Unión Europea. Estas importaciones “fomentarían la introducción en el territorio nacional de bacterias portadoras de nuevos genes de resistencia, o incluso de bacterias multirresistentes. Estos últimos supondrían un peligro importante para la salud pública, debido a los impases terapéuticos a los que pueden conducir”.

PROMOVER UN ENFOQUE PARTICIPATIVO UNA SOLA SALUD

El desarrollo y la implementación de medidas de gestión de la resistencia a los antimicrobianos requieren un enfoque colectivo, participativo y global. Las autoridades subrayan así la necesidad de implicar a las partes interesadas (criadores, veterinarios, técnicos, profesionales de los mataderos, epidemiólogos, propietarios de animales, etc.) de forma coordinada y lo antes posible en el proceso de diseño de estas medidas. Estos también deben adaptarse a los contextos en los que se aplicarán. Por último, “es necesario consolidar los puentes entre el sector de la salud animal y el de la salud humana”.